sábado, 25 de abril de 2009

Inquietudes

Ya ha habido algunas preguntas y comentarios acerca de las alabanzas dominicales a Su Pastidad.

La primera de ellas es a qué hora le pueden caer por aquí y la respuesta es a partir de las 7 de la noche. Cenamos, platicamos, reímos y nos retiramos más o menos temprano para seguir haciéndonos a la idea de tener otro lunes encima. La verdad es que esto no está pensado como una pachanga. Para esos son los viernes, en los que cualquiera puede entregarse a evocar el volcán de cerveza que creen que merecerán en la otra vida.

El otro asunto es que algunos de los comentarios del blog no han aparecido, pero no sé porqué. Y justo uno de los que se perdió (oh, casualidad) era un reclamo hacia mi persona por estar invitando a cenar justo cuando la gente se encuentra a un montón de kilómetros de distancia. En respuesta a ello, publicaré una foto del plato de pasta que yo me vaya a zampar. No sé si con eso compenso a los quejosos o no hago mas que ponerle sal a la herida, pero este lugar se va a ver más antojable :)

Mañana: albóndigas.

¡RAmén!

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