Oh, tallarines que están en los cielos gourmets
Santificada sea tu harina
Vengan a nosotros tus nutrientes
Hágase Tu voluntad así en la tierra como en los platos
Danos hoy nuestras albóndigas de cada día
Y perdona nuestra gula así como nosotros perdonamos a los que no te comen.
No nos dejes caer en la tentación (de no alimentarnos de ti)
y líbranos del hambre...
¡RAmén!
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